El marketing de “F1: The Movie” en Netflix (y cómo rompió esquemas)
- Jhon Da Silva
- 20 jul
- 2 Min. de lectura

El marketing de “F1: The Movie” en Netflix (y cómo rompió esquemas)
Mientras otros siguen repitiendo fórmulas agotadas para promocionar películas, el lanzamiento de F1: The Movie fue una masterclass de marketing figital: con calle, con data y con experiencia real. Brad Pitt, Netflix y Apple no lanzaron una película, montaron una estrategia.
Pista 1: Autenticidad pura
Desde el primer minuto, Apple Studios apostó por lo real: grabaciones en circuitos y paddocks reales durante más de dos años, autos de F2 adaptados por el equipo de Mercedes-AMG Petronas, Brad Pitt conduciendo sin dobles y Lewis Hamilton como productor y asesor técnico.
No hubo green screen. Hubo humo, goma y velocidad en cámara real.
Pista 2: Lanzamientos bien medidos
El primer teaser se soltó antes del GP de Silverstone 2024, justo donde el ruido es gasolina.
Un spot potente se estrenó en el Super Bowl LIX, donde más que promoción fue espectáculo visual.
Y un trailer "háptico" aprovechó la tecnología de los iPhones para que el espectador sintiera la vibración del auto. Sí, como si la película te pasara por el pecho.
Pista 3: Marcas como parte del guion
El equipo ficticio APXGP no era solo utilería. Tenía sponsors reales: Expensify, EA Sports, GEICO, SharkNinja. El producto se metió en la historia, no solo en la escenografía.Más de 40 millones de dólares en patrocinios. No como banners, sino como aliados narrativos.
Además, la peli apareció en Apple Maps, se coló en la App Store, se replicó en juguetes Hot Wheels, relojes edición especial y hasta en un McDonald’s en Brasil con un coche de carrera a escala real.
Pista 4: Presencia, no saturación
No hicieron 100 posts genéricos en redes. Hicieron lo justo: eventos, colaboraciones, momentos con peso.
Brad Pitt estuvo en la parrilla de salida del GP británico como si fuera un piloto más. Sin decir mucho, generó conversación global.
Warner Bros metió casi 8 millones de dólares en pauta bien ubicada, sobre todo en eventos deportivos clave como la NBA.
Lección central: El contenido no se vende, se vive
Esta película no necesitó gritar que era buena. Lo demostró desde la experiencia. Cada pieza de la estrategia estuvo pensada para conectar, no solo impresionar.
“Esto no fue product placement. Fue presencia con propósito.”
¿Qué deja sobre la mesa esta estrategia?
Si vas a hacer branded content, que las marcas no sean relleno: que vivan en la historia.
No quemes el tráiler en todas partes. Activa momentos que valgan.
Omnicanalidad real: el mensaje tocó calle, tecnología, juguetes, apps, eventos y TV.
Experiencia sobre exposición: menos ruido, más inmersión.
En resumen: no vendieron solo una película. Vendieron una experiencia cultural envuelta en caucho quemado, data bien usada y una historia que no pide likes, sino atención.
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